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LINCOLN

Un biopic, pelicula biografia sobre una importante figura, se puede hacer de dos maneras. Con honestidad y al estilo Hollywood. La primera de ellas supone un compromiso con la figura sobre la que se realiza la película. Acometiendo todos sus matices, debilidades o aciertos. Con distancia y sin escenas o diálogos moralizantes que hagan humanizar o crear empatia por el personaje donde no la hay.

 

   El otro modo, el comercial hollywodiense, es el que hace sólo constatar las virtudes del personaje. No muestra las sombras o errores de su existencia, ni siquiera las deja entreveer. Es un estilo infantil y ejemplarizante, que busca crear simpatía por la figura de la biografía. Ensalzarla según el punto de vista del director o el guionista, haciendo más gigante aún de lo que es el personaje llegando a sobrepasar los límites del adulamienro.

 

   Del primer estilo pueden ser títulos como "El Hundimiento" o "J. Edgar". Directores dispares, visiones diferentes pero estilo parecido a la hora de presentar al peesonaje. Sin tapujos. Tristemente, "Lincoln" pertenece al segundo grupo. Spielberg ha ido a lo fácil, a la apuesta segura, a trabajar con red. Lleva una serie de titulos en los que el genio, la chispa, el alma que imprime a cada pelicula suya la hace especial, distinta y unica. La magia de Spielberg, del que soy ferviente admirador, parece que se diluye con los años. Sus anteriores films carecian de esa magia que en “Lincoln” se hace mas patente.

 

   El film se centra en la etapa mas dificil del presidente mas popular de la historia de EEUU, en su lucha por hacer abolir la esclavitud. Está bien que se nos cuente, es oportunista, pero de Spielberg se esperaba más, mucho más que una película académica, de cara a la galeria y con ganas de contentar a los puritas mas clásicos. Utiliza un estilo lento y parsimonioso que hace aún mas vieja la figura del presidente. Daniel Day Lewis está magnifico y poco más puede hacer con el personaje. La visión que Spielberg toma de la historia no deja margenes para ir hacia otros derroteros que hubieran sido mas jugosos y polemicos.

No, el mago de los 80 no parece por la labor de darnos una “Lista de Schindler” o un nuevo “Munich”. Ha preferido ir a lo seguro y no aventurarse por las sombras y dudas que un presidente como Lincoln tenía, y eran muchas la verdad.

 

   Ni siquiera la banda sonora, del siempre genial John Williams, te hace evocar esa apasionante epoca de la historia. Es una composicion llana y sin pasion, muy alejada de lo que nos tiene acostumbrados el sabio de Williams. Es un punto negativo más que añadir al conjunto de la pelicula.

 

   El film deja un sabor agridulce. Es un laborioso y detallista papel de regalo pero sin sorpresa en el interior. Carece de alma y no pasará a la historia del cine como una gran pelicula, ni tan siquiera como un gran biopic.

 

Por Oskar C. Segura

 

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