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El cine de animación español nunca ha sido capaz de hacer siquiera sombra al norteamericano. No sólo sombra, apenas ha podido crear una industria que sea capaz de ofrecer productos de calidad y buen espectáculo. En algunas extrañas ocasiones, y por motivos ajenos a la industria cinematográfica española, el cine de animación ha dado pequeñas muestras de capacidad de crear, atraer y producir obras que bien podrían pasar como películas "made in USA".

 

   Hace algo más de un año, el fenómeno "Tadeo" hizo saltar la taquilla y dio algo de lustre a la animación española, pero siendo sinceros, todavía tenía ese personal tufillo a producto casero. Con "Justin" pasa todo lo contrario. Quizás sea por que detrás de ella se encuentra uno de los hombres más implicados y tenaces de nuestro cine, Antonio Banderas. Gracias a él, esta película puede sentirse orgullosa de su origen y de su forma. En ella se ha cuidado todos los aspectos desde la calidad de la animación, marketing, música o acabado visual, pasando por un elenco de dobladores (en la versión USA) que incluye nombres como Ruppert Everett o Mark Strong. Se nota, y se agradece, el compromiso de Banderas como productor, pues ha cuidado al máximo que la película que ofrece llene ese hueco que siempre ha quedado vacío en nuestra producción de cine de animación, la calidad. Podremos criticar otros aspectos pero lo que es innegable es el acabado que imprime toda la cinta. Matices, luces, dinamismo, enfoque o profundidad hacen de "Justin" una película muy digna visualmente.

 

   Tal vez, ese sea su punto flaco. Quizás el empeño por ofrecer un producto impecable ha sido el causante de ciertos errores que comete la película para llegar al público infantil. La trama y su desarrollo son demasiado liosas y dejan una constante sensación de falta de ritmo que hace adolecer al desarrollo de la historia. Personajes que podrían haber agilizado y dado un toque fresco y desenfrenado, no son explotados y caen en el olvido. En cambio, otros personajes deambulan por la historia sin nada que ofrecer en demasiadas ocasiones. La trama no arranca hasta bien entrada la película, lo que en el cine infantil significa crearse numerosos enemigos de pequeña estatura que están intranquilos en sus butacas.

 

   Demasiados personajes sin un fin útil o atractivo hacen ralentizar la historia. Secuencias que hubieran sido más visuales o ágiles, son mostradas en diversas ocasiones para acabar como previsiblemente iban a hacerlo. La película peca de tratar de acaparar en exceso tanto en personajes como en situaciones, dejando al pequeño espectador cansado con largos diálogos que no aportan nada a la historia.

Pero también tiene sus aciertos, y muchos. Los guiños a nuestra cultura popular y algunos cinefilos, salpican la pelicula, y a veces, son de agradecer. Por ejemplo, el hecho de que el villano se llame Heraclio (en homenaje al creador de la popular baraja española) y sus secuaces sean un calco de las Sotas de la baraja española, es un acierto. Que el mago que ayuda a Justin sea una especie de friki del medievo que tiene curiosas similitudes con el personaje real de “CarlosJesus” y sus manías de venir de Raticulí hacen esbozar una sonrisa al publico adulto. Y que uno de sus maestros, el que le enseña a luchar a espada, sea un calco de Sean Connery en “Los Inmortales”, hacen que los cinéfilos nos sintamos homenajeados.

 

   En resumen, “Justin” es un producto de calidad y ofrece un nuevo paso en la animacion española, pero en el aspecto narrativo y poder de atracción hacia el publico al que va dirigida aún tenemos que aprender mucho de los poderosos Pixar, Disney, Dreamworks y compañia.

JUSTIN Y LA ESPADA DEL VALOR

Por Oskar C. Segura

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